En la crianza, las palabras que elegimos tienen un impacto profundo en la autoestima y el desarrollo emocional de los niños. Además, evitar ciertos comentarios es clave para fomentar una relación saludable y una buena comunicación.
En este artículo, te mostramos 10 cosas que no debes decirle a tu hijo para proteger su bienestar emocional y evitar dañar su autoestima.
Cuando pensamos en la crianza, es fácil enfocarnos en la disciplina y las reglas. Sin embargo, lo que decimos y cómo lo decimos puede marcar profundamente la autoestima y el desarrollo emocional de los niños.
Si alguna vez te has preguntado qué evitar decir a tus hijos, es importante ser consciente de que las palabras tienen el poder de construir o destruir.
A continuación, te compartimos las 10 frases o actitudes que debes evitar para no dañar a tu hijo emocionalmente y fomentar una relación saludable y respetuosa.
Uno de los errores más comunes en la crianza es negar lo que el niño está percibiendo. Por ejemplo, los padres discuten en una habitación, el niño escucha y pregunta qué está pasando. Los padres, en lugar de ser sinceros, niegan la situación diciendo que eran los vecinos quienes discutían, no ellos.
Este tipo de comentarios confunden al niño y le hacen dudar de su capacidad para interpretar la realidad. A largo plazo, puede afectar su confianza y autoestima, generando una desconexión entre sus emociones y su percepción del entorno.
Frases como: “Con todo lo que hago por ti, y así me lo pagas”, “Por tu culpa, me duele la cabeza” son ejemplos claros de cómo algunos padres utilizan la culpa para manipular el comportamiento de sus hijos.
Estos comentarios son muy destructivos, ya que los niños internalizan la responsabilidad por cosas que están fuera de su control. Generar culpa no solo afecta su autoestima, sino que también puede crear un patrón de ansiedad y miedo a decepcionar a los demás.
Otro de los errores que no debemos cometer en la crianza es invalidar las emociones del niño. Si un niño dice que se siente mal y la madre responde: “¿Cómo que te sientes mal? Si has estado perfectamente todo el día”, está minimizando la experiencia del niño.
Este tipo de respuestas le enseña al niño que no debe confiar en sus emociones, lo que afecta a su capacidad para reconocer y gestionar sus propios sentimientos. En lugar de esto, es importante validar lo que siente, aunque no lo entendamos completamente.
Las amenazas como: “Si no te portas bien, te vamos a mandar a un internado” o “Si no haces los deberes, mamá se va a ir de casa” son ejemplos de manipulación emocional que crean inseguridad y miedo en el niño.
Cuando los padres utilizan este tipo de comentarios, el niño no solo vive con el temor constante de que algo malo suceda, sino que también puede desarrollar ansiedad por la falta de estabilidad emocional en su entorno familiar.
Decirle a un niño: “Un 9 no es suficiente, siempre puedes hacerlo mejor” es una forma de desvalorizar su esfuerzo y logros. Si bien es importante motivar a los hijos a mejorar, este tipo de críticas pueden tener el efecto contrario, haciendo que el niño sienta que nunca es lo suficientemente bueno.
En lugar de esto, enfócate en reconocer sus avances y habilidades, para fomentar una autoestima sana.
Ridiculizar a tu hijo en público es uno de los peores errores en la crianza. Hacerle sentir vergüenza frente a otros daña profundamente su autoestima y genera inseguridad. Los niños son extremadamente sensibles a cómo son percibidos por los demás, y este tipo de experiencias los pueden marcar durante años.
En lugar de criticarlo o ridiculizarlo, es mejor hablar en privado de lo que te preocupa.
Los mensajes contradictorios como: “Puedes ir con tus amigos, pero ya sabes lo que pienso de ellos” o situaciones donde las palabras y las acciones no coinciden, como pegar a tu hijo y decirle: “Lo hago porque te quiero”, son ejemplos de comunicación de doble vínculo.
La comunicación de doble vínculo es cuando una persona recibe mensajes contradictorios, donde las palabras dicen una cosa pero el tono o las acciones dicen otra, generando confusión y frustración.
Este tipo de mensajes crean confusión y estrés emocional en el niño, porque no sabe qué esperar ni cómo actuar. Los niños necesitan coherencia para sentirse seguros en sus relaciones.
Frases como: “¿Por qué no puedes parecerte más a tu hermana?”, “Si fueras como los demás niños, no tendríamos este problema”, generan una gran inseguridad en los niños.
Las comparaciones son extremadamente dañinas para la autoestima infantil, ya que hacen que los niños sientan que no son lo suficientemente buenos tal y como son.
Cada niño es único y debe ser valorado por sus propias cualidades, no comparado con otros.
Mostrar desinterés por los sentimientos o problemas de tu hijo con frases como: “No me molestes con tus cosas absurdas”, es una forma de rechazarlo emocionalmente. Esto puede generar en el niño la idea de que sus emociones o preocupaciones no son importantes, afectando su capacidad para confiar en los demás y expresar sus sentimientos.
También puede sentir que él en sí mismo no importa, generando una herida y creencia profunda de cara a su futuro y sus relaciones. Es fundamental que los niños sientan que sus padres están presentes emocionalmente, para que desarrollen una autoestima sana y se sientan valorados.
Frases como: “No te molestes en intentarlo, seguro que no puedes”, “Deja eso, es demasiado difícil para ti”, limitan el desarrollo del niño al imponer una barrera a su confianza. Este tipo de comentarios desalentadores le hacen creer que no es capaz de intentar o aprender cosas nuevas, lo que afecta directamente su autoestima.
En lugar de desalentarlo, es mejor brindarle apoyo para que se sienta capaz de enfrentar retos y aprender de sus errores.
Las palabras que les decimos a nuestros hijos tienen un impacto duradero en su desarrollo emocional y autoestima. Qué evitar decir a los hijos es algo que todo padre debe tener en cuenta. Frases como las que hemos mencionado pueden dejar huellas profundas y afectar la relación que tienen consigo mismos y con los demás.
Si deseas mejorar la comunicación con tu hijo y evitar estos errores, recuerda siempre validar sus emociones, ofrecer apoyo y ser coherente con tus mensajes. La crianza consciente es clave para construir un vínculo sano y respetuoso con tus hijos

